martes, 28 de septiembre de 2010

Maltrato animal y violencia social

La violencia en sus diferentes facetas - de género, doméstica, hacia las personas dependientes, en la escuela u otros ámbitos públicos - es un hecho social que siempre ha existido, pero actualmente ha adquirido una significativa importancia  social y se considera que la prevención de la misma debe formar parte de la promoción de la salud de la comunidad.
El maltrato animal aparte de su valor intrínseco respecto a los animales, representa un predictor de violencia doméstica, un indicador de riesgo social y de alteración de la salud pública.
Los actos violentos hacia los animales se han reconocido durante mucho tiempo como indicadores de una peligrosa tendencia psicopática. El abuso de los animales no ocurre en forma aislada; por el contrario, se desarrolla en una complicada red de relaciones familiares disfuncionales. Con frecuencia ocurre en hogares donde los niños y las niñas sufren abusos y también existe violencia doméstica.
Numerosos estudios psicológicos demuestran una clara correlación entre la crueldad hacia los animales en la niñez y la criminalidad posterior y, en algunos casos, tales actos fueron precursores de abuso infantil.
Un estudio de Kellert-Felthous –“Crueldad hacia los animales entre criminales y no criminales” -   confirmó una fuerte correlación entre la crueldad hacia los animales en la niñez y una futura conducta antisocial y agresiva, y enfatizó la necesidad de que los investigadores, médicos y líderes de la sociedad estén alertas ante la importancia de la crueldad hacia los animales en la niñez.
Datos alarmantes:
-          En el 88% de las familias donde había maltrato a niños también había maltrato a animales (New Jersey Public Child Protection Agency, 1983).
-          El 71% de hombres que maltrataban a sus parejas maltrataron a las mascotas a modo de venganza (Ascione, 1996).
-          El 32% de víctimas de violencia familiar que tenían mascotas reportaron que uno o más de sus hijos habían herido o matado a una mascota (Ascione, 1995).
-          Antecedentes de crueldad contra animales en: exhibicionistas: 30%; acosadores sexuales: 36%; violadores: 48%; asesinos: 58% (Ascione,1993).
El informe de Kellert-Felthous sugirió, además, que “la evolución de una relación más gentil y benigna en la sociedad humana podría mejorar al promover una ética más positiva y cuidadosa entre los niños y los animales”.
En ese sentido, la denominada “Educación Humanitaria”, como disciplina,  marca un camino por ser un proceso que fomenta el entendimiento de la necesidad de tener compasión y respeto hacia las personas, los animales y el medio ambiente, reconociendo la interdependencia de todos los seres vivos e incluye todas las formas de educación sobre justicia social, conducta ciudadana, asuntos ambientales y el bienestar de los animales.
“El abuso animal es apenas un eslabón de una cadena de abuso que lastima a todo el mundo, tanto a los animales como a las personas. Los niños que lastiman a los animales pueden llegar a ser adultos que lastimen a los niños o a otros adultos” (Sociedad Humanitaria de los Estados Unidos).

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